Reí, levanté mi copa y cuando estaba por llevarla a mi boca, mi amado desconocido me la arrebató y se bebió su contenido de un solo golpe.

—¡Hey!.

—Lo siento, es que un ser extraño por ahí, me dijo que tenías ciertos problemas con el alcohol y tendías a divagar cuando estabas ebria.

Me crucé de brazos, sacudiendo mi cabeza.

—Eso no es cierto. Me controlo al cien por ciento. Ahora dime. ¿Tu novia era bonita?.

Fingió pensarlo.

—Era hermosa, por eso cuando me botó me sentí afortunado. Me había dejado la mujer más hermosa del mundo.

—¿Ah, sí?.

—¿Y tú? —me miró a la expectativa de lo que iba a decir.

Mi malvada Eddy se tentó a molestarlo un poco, pero cuando clavé mi mirada en sus ojos, mi lengua tomó vida propia y no me pude detener.

—Él, bueno…, es el hombre más hermoso que conozco. Es un estudiante excelente, es un buen amigo, un hermano excepcional, un orgullo para sus padres; a veces suele ser un poco cretino, pero es parte de su exótico encanto. Su rostro parece haber sido tallada a