Capítulo 4: Relación Rota

Desde la boda, Lisandro y Alexa habían mantenido una relación calmada, donde buscaron conocerse un poco más. Una idea que ella sugirió como un juego de preguntas y repuestas para así ir aprendiendo cosas del otro y así garantizar un ambiente armónico en la casa, aunque el pelinegro aprovechaba esa información para beneficio propio ya que así se aseguraba de conocer más de ella y saber si era de confiar o terminaría traicionándolo.

Mientras la pareja empezaba a convivir y conocerse, cierto hombre de familia al fin habia regresado a la ciudad.

Justo en esa mañana calurosa estaba arribando en el aeropuerto el avión privado cierta prestigiosa familia, en esos momentos el señor Javier Rider estaba regresando de su viaje al extranjero. Se habia demorado más de lo habitual porque NO quiso regresar cuando debía, porque seguía furioso de enterarse, por su amada esposa, que su hijo nuevamente habia ocasionado otro problema y aprovechando su ausencia se casó con una perfecta desconocida.

El señor Javier es un hombre de 40 años de edad, el cual era alto de complexión fornida, tenía un cabello corto ligeramente ondulado de color azabache y poseía una tonalidad de piel clara.

Justo en esos momentos bajaba a paso rápido del avión para caminar hasta el automóvil que le estaba esperando.

- Señor… - le saludo su chofer abriendo la puerta del vehículo para dejarlo subir - ¿a dónde?

- Llévame a mi casa.

- ¿Le aviso a la señora de su llegada?

- No… y ni te atrevas a avisarle.

El chofer solo hizo una mueca y se dedicó a conducir en silencio hasta que llegaron a la mansion Rider, donde solo vio a su jefe bajar antes de dejar escapar un suspiro lleno de preocupación, ya que algunos sirvientes aun eran leales a Lisandro y la antigua señora, pero no podían ir en contra de los actuales señores de la casa porque no querían perder su empleo.

Al entrar a su hogar, Javier se extrañó al ver la casa en calma, en su andar escucho la voz de su esposa proveniente de la sala y todo indicaba que estaba hablando por teléfono:

- Dios, Julia debemos repetir eso – menciono feliz Sofia.

- Y que lo digas, hace mucho que no disfrutaba de algo así.

- Estoy de acuerdo e igual al fin me siento alegre y cómoda en mi casa, porque ya no debo preocuparme de encontrarme con Lisandro en algún lugar de la casa.

- Yo debo empezar a buscar una criada, ya que era para lo único que servía Alexa.

- Si quieres luego te paso el numero de una agencia que tiene buenos criados y… - en eso Sofia se giró y vio que su esposo estaba parado frente a ella y al ver que sus miradas se conectaron él arqueo la ceja – si Julia, luego te hablo – dijo terminando enseguida la llamada y tirando el teléfono al sofá – mi amor – exclamo risueña buscando correr a los brazos de su esposo para abrazarlo y darle un beso en los labios.

- Entonces ¿es verdad lo de Lisandro?

- ¿Lo dudaste?

- Tal vez…

- Pero mi amor yo no te mentiría, de hecho, jamás te diría una mentira.

- Hm… si tienes razón – opino un poco aburrido - ¿y dónde está ahora?

- Ni idea, ya vez como es de grosero conmigo y eso que le dije que podría venir a la casa con esa niña, pero solo me ignoro y me azoto la puerta de esa habitación en la cara – menciono empezando a sentir las lágrimas empañar sus ojos.

- Tch… pediré que lo busquen – menciono molesto Javier.

- ¡NO!

- ¿Que? – pregunto extrañado ante esa respuesta tan rápida que dio.

- No mi amor, no es necesario – menciono rápido buscando sonar calmada - digo Lisandro ya es un hombre y si el hizo esto, debe aprender a asumir las consecuencias de sus propios actos ¿no crees?

- De nuevo, creo que tienes razón mi amor.

- Siempre la tengo – declaro feliz la rubia, sintiéndose aliviada de que pudo detener a Javier en su intento de buscar de nuevo a Lisandro.

- ¿Y dónde está Aaron?

- Pues él… - empezo a decir preocupada, ya que no sabía si habia regresado o no.

- Aquí estoy padre – indico el pelinegro caminando hasta ellos.

- Bien, cámbiense – les ordeno - pensaba en salir a comer.

- Uh, esa idea me gusta – dijo feliz Sofia buscando ponerse coqueta para ir a arreglarse rápido.

Javier miro a ambos irse a cambiar antes de dejar escapar un suspiro y mirar el cuadro de la familia, en el solo salían ellos 3 ya que ese día Lisandro se enfermó y no participo en ese retrato, ante eso solo dejo escapar un suspiro y se giró para ir por algo de beber antes de volver a salir.

Por su parte Lisandro estaba aprovechando que Alexa estaba en su trabajo, para así hacer el suyo propio, ya que el no busco quedarse de brazos cruzados y tomo toda la fortuna de su madre para salvarla de las garras de Sofia. Ese dinero busco hacerlo crecer, invirtiéndolo para poder multiplicar su capital creando su propia compañía para tener algo seguro en caso de que al final se quedara solo porque su padre no le creyó y acabara como en la situacion similar en la que se encontraba en esos momentos, por eso estaba hablando con teléfono con su asistente personal.

- Entonces así están las cosas – dijo Lisandro, el cual se miraba serio al escuchar el reporte de la semana.

- Si todo va bien aquí en la empresa.

- Perfecto, oye ¿y ese sujeto ya se calmó o sigue insistiendo que desea conocerme?

- Ya todo está en orden y todo regreso a la normalidad donde a nadie le interesa saber quién es el dueño de este lugar.

- Bien, a ellos solo debe interesarle recibir su paga puntual.

- Si, ahora hago esos movimientos que me pediste – le comento esa persona - por cierto ¿todo bien en la casa?

- Esta perfecto da la fachada de que estaba medio abandonada, pero todo está excelente y amueblado como quería.

- Gracias, fue un lio conseguir un paisajista que hiciera lo del jardín – menciono esa persona – entonces… ¿ya tenemos jefa? – pregunto en tono picaron.

- Tch… aun debo ver eso.

- ¿Quieres que te tramite un divorcio exprés?

- No, me estoy encariñando con ella e igual es lindo tener a una mujer que si me quiere a su lado.

- Oh hehe está bien, bueno te dejo iré a ver los pendientes que faltan por hoy y de ahí pido que te hagan una transferencia para que cubras tus gastos básicos.

- Cuento contigo – declaro Lisandro terminando la llamada.

De esta forma se colocó de pie para guardar su portátil y su teléfono celular en su habitación, regresando a la sala con un libro escrito en braille para fingir que todo ese tiempo estuvo leyendo, acomodándose justo a tiempo cuando escuchaba a Alexa abrir la puerta de la casa.

- Bienvenida – le saludo.

- Gracias, ya estoy aquí – le contesto ella sonriéndole – uff hoy sí que hace mucho calor – opino mientras se quitaba los zapatos y pasaba a la cocina para dejar la bolsa de vivires que llevaba consigo.

- Aquí también lo sentí y por eso me prendí un rato el ventilador.

- Si jeje ¿y que estas leyendo? – pregunto Alexa al buscar sentarse a su lado para descansar un rato.

- La Ilíada de Homero.

- ¿En serio? – pregunto Alexa al ver los puntos en el grueso libro – que genial, no sabía que ese estuviera disponible en ese idioma.

- Es que mi padre lo mando a hacer para mí, ya que antes del accidente yo estaba leyendo ese mismo libro y se quedó inconcluso.

- Ya veo… oye ¿y es verdad lo que me contaste?

- Si y por eso mismo me quedare en este sitio – menciono serio – yo ya no tengo un lugar al cual llamar hogar.

- Oye y si crees que exista la posibilidad de que te busque.

- Dudo que lo haga.

- En ese caso debe ser muy triste.

- Yo ya me acostumbré.

- Aunque tomes a mal mi comentario – empezo a decir la castaña - pero deberías buscar hacer las paces con él.

- No te interesa.

- Tranquilo no te enojes, yo solo lo decía porque al menos tu padre sigue vivo y puedes hablar con el cuándo lo desees.

- … - Lisandro hizo una mueca, ya que en sus platicas ella le dijo que habia perdido a sus padres y solo vivía con la Julia y su hermanastra – ¿y cómo te fue en el trabajo? – pregunto buscando cambiar de tema.

- Bien, hoy si fue mi día y conseguí muchas propinas – indico emocionada – oye Lisandro ¿crees que pueda comprarme algo de ropa?

- No tienes que pedirme permiso, es tu dinero.

- … - Alexa miro a ver al pelinegro asombrada – cierto jeje ahora es solo mi dinero – hablo empleando un tono risueño en su voz.

- Además de todo lo que te hacia esa vieja, ¿también te quitaba tu paga?

- Me decía que debía pagarle una renta.

- Bueno mejor ya ve olvidando eso, porque quedamos que solo me darías la mitad de los gatos y lo demás úsalo como quieras.

- Cierto, creo que mañana buscare comprar una libreta para ir anotando mis gastos y manejo del dinero.

- Eso suena bien, tener una organización adecuada de tus gastos.

- Hablando de gastos, ¿sobre las cuentas?

- Ya me hice cargo de todo eso, así que no te preocupes.

- ¿Eh? ¿pero… cómo?

- Digamos que tengo mis secretos – indico divertido Lisandro al notar la cara de confusión que tenía la castaña en esos momentos.

- Esta bien – indico Alexa – si quieres ve a lavarte, traje hamburguesas para que comamos y celebremos mi gran día.

- Suena bien.

- Sabes en que estuve explorando por los alrededores encontré que tenemos un parque muy cerca de aquí, así que deseo invitarte a salir y dar un paseo.

- Va - indico Lisandro, aunque no tenía ganas de salir quiso acompañarla porque escuchaba que eso le hacía ilusión a ella.

Ya por la tarde, Alexa lo ayudo a acomodarse en la silla y tras cambiarse de ropas salieron de paseo, disfrutando de la brisa hasta llegar al parque donde ella lo dejo cerca de una banca para así juntos sentarse juntos a disfrutar de la noche.

Por su parte Sofia estaba feliz de regresar a casa con su esposo e hijo, después de haber estado en el restaurante más lujoso de la ciudad, mientras le platicaba a su esposo de lo que podrían hacer al día siguiente y sugerirle que ya llevara a Aaron con él, para que empezara a familiarizarse con la empresa

- Creo que tu madre tiene razón y mañana me acompañaras a la compañía – indico Javier.

- Esa idea me encanta padre, así puedo aprender más del funcionamiento de la misma bajo tu dirección.

- Por cierto ¿cómo vas en los estudios?

- Excelente padre, soy el primero en la clase – indico con arrogancia Aaron, ya que era verdad y era el primero en su clase, pero eso era gracias a que sobornaba a todos los maestros.

- Perfecto – indico Javier y en eso poso su mirada hacia la ventana donde lo vio – oye detén el auto.

- Enseguida – dijo el chofer estacionándose en esa calle por donde estaban pasando.

- ¿Javier?

- ¿Papá?  - madre e hijo miraron esa acción confundidos, por lo que siguieron al mayor para ver que había visto.

El mayor busco bajarse del vehículo a paso veloz y caminar hacia donde él estaba, porque lo vio.

- Llego el de los helados ¿quieres uno? – le pregunto Alexa a Lisandro.

- No soy un niño.

- Pero hace calor.

- Chocolate – contesto frunciendo el ceño.

- Ok, ya vengo – indico Alexa colocándose de pie para ir por dos conos de helados.

Lisandro sonrió al ver eso sintiendo un ligero déjà vu, ya que su madre siempre le invitaba a un helado cuando daban un paseo en el parque, ante eso regreso a su mente la anterior conversación de Alexa donde le sugería buscar hacer las paces con su padre.

- ¿Podría…? – se preguntó a si mismo apretando los puños.

- ¡LISANDRO! – en eso el pelinegro escucho la voz de su padre y busco no moverse reprimiendo su impulso de girarse para verlo.

- Vaya, que sorpresa padre – le comento al escuchar se quedó parado a su lado.

- Tch… ¿porque no estas en la casa?

- Creo que la pregunta sobra.

- Entonces ¿es verdad?

- …

- ¿Porque haces eso? ¿acaso no te cansas de buscar humillarme y hacerme quedar en ridículo frente a nuestros amigos y socios?

- … - Lisandro apretaba con fuerza los reposabrazos de la silla, ya que solo le interesaba el qué dirán… pero eso jamás le afecto cuando se consiguió una amante.

- ¿No vas a decir nada en tu defensa? – pregunto Javier arqueando una ceja.

- Y que quieres escuchar, porque solo repitiendo las palabras que deseas escuchar, te harán sentir satisfecho – menciono con sarcasmo y algo de amargura Lisandro.

Justo en eso Alexa estaba regresando con los helados y se preocupó al ver a un hombre empezar a discutir con Lisandro.

- Deje de molestarlo – le dijo ella acercándose a Lisandro.

- ¿Quién eres tú? – le pregunto Javier.

- Eso no te importa padre.

- Ah… así que tú eres la desconocida que se casó con mi hijo – opino Javier mirando con detenimiento a la castaña, haciendo una mueca al ver las ropas viejas que usaba en esos momentos - quiero que sepas desde ahora que no te daré ni un centavo de mi fortuna.

- ¿Y que le hace pensar que yo deseo su dinero? – pregunto Alexa arqueando la ceja.

- Eres una… – se quejó Javier, mientras alzaba su mano con la intención de darle una bofetada, pero Lisandro se movió rápido con su silla de ruedas y busco empujar al mayor para hacerle perder el equilibrio, aunque él también acabo tirado en el suelo.

Cuando ambos caían al suelo Sofia apareció, mirando preocupada lo que estaba pasando.

- ¡Mi amor! – gritó asustada la rubia, corriendo a abrazar a su esposo caído.

- Lisandro – dijo Alexa dejando en el olvido los helados para buscar ayudar al nombrado.

- Tch… como se atreven – dijo furiosa Sofia, mirando a la pareja joven.

- Tu cállate, ya entendimos ya no soy nada tuyo e igual no necesito tu mugriento dinero así que puedes largarte y dejarme vivir – indico con odio Lisandro, sintiendo como Alexa buscaba sentarlo apoyándolo en su cuerpo.

- Bien me parece excelente, en ese caso te quedas a tu suerte y nunca más vuelvas a buscarme – dijo molesto Javier colocándose de pie para regresar al auto.

- Hasta nunca estúpido – susurro Sofia, quien se miraba muy satisfecha con lo ocurrido para girarse y correr para alcanzar a su amado.

- Lisandro ¿estas bien?

- Si ¿y tú? ¿te hizo algo?

- Estoy bien, gracias a que me protegiste.

- Descuida lo haría siempre que pase enfrente mío y bueno esto responde a tu pregunta de hace rato.

- Si, oye con esto que paso solo nos tenemos uno a otro.

- Me gusta como suena, seremos un dúo dinámico.

De esta forma Lisandro se dejó ayudar para volver a su silla, aunque por dentro ya habia tomado una gran decisión y buscaría ahora vengarse de los 3 porque con lo de esta noche, Javier Rider habia dejado de ser su padre.

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