Lisandro estaba feliz y tranquilo ya que ahora todo en su vida parecía normal y tomaba un buen curso para bien, las cosas empezaban a mejorar con su papá y hasta ya Aaron era alguien tolerable o se comportaba como un buen hermano.
Era un nuevo día y como de costumbre cierto pelinegro estaba ligeramente distraído de su trabajo.
- Dios… ¿y ahora que te pasa? ¿por qué no trabajas? – pregunto Jonathan al ver las muecas que hacia el pelinegro y parecía mirar a la nada.
- Es que estoy pensando.
- Cuando no – indico con sarcasmo el rubio.
- ¡Hey! eres cruel conmigo – indico el pelinegro haciendo un puchero.
- Por algo soy tu amigo ¿o no? bueno dime que andas pensando que no te deja hacer el trabajo.
- Estaba pensando sobre todo el cambio que he estado viviendo en estos últimos meses.
- Bueno eso si es algo para pensar y que todo paso de golpe, pero ¿que con eso?
- Pues lo que pasa es que siento que algo me falta para poder decir que estoy completo.
- ¿Algo? – pregunto Jonathan arqueando la c