Capítulo 3.

El sonido de mi celular hace que me despierte, suelto un suspiro y estiro mi mano para agarrar el aparato, veo que es un mensaje de Lisa, me siento en la cama dándome cuenta que estaba arropada, ¿En qué momento me arrope?, no le di importancia a eso, abrí el mensaje, ponía: [Vengan a mi casa, mis padres me dijeron que los invitara a cenar], qué amables, le respondí: [Déjame decirle a Beni], después de responderle solté el teléfono, quite las sabanas y me puse mis pantuflas de conejito, siempre las dejo cerca de la cama, camine hasta el baño primero para hacer mis necesidades y luego cepillarme los dientes, luego de hacer todo eso, Salí de mi habitación y fui directo a la de mi hermano, toque tres veces, a la tercera el abrió, asomo su cabeza y me miró, estaba adormilado.

—Vine a decirte que te prepares que hoy cenaremos en casa de los Collins—le informo.

—Que flojera—Hizo una mueca cerrando la puerta en mi cara.

Pero qué niño más maleducado, contrólate Isobel, ignora eso y arréglate, me doy la vuelta y me dirijo a mi cuarto, busco en mi armario unos jeans y un suéter más los mismos zapatos que tenía, me desvisto y camino hacia el baño para luego proceder abrir la regadera dejando que el agua recorra cada parte de mi cuerpo, sostuve el jabón y comencé a pasar este por mi cuerpo.

Después de bañarme Salí y me vestí, deje que mi cabello se secara solo, me puse un cintillo y agarre mi celular, le envié un mensaje a Lisa diciéndole que ya estábamos de salida, espero Beni ya esté listo, apague la luz de mi habitación y Salí, camine hasta su habitación para luego tocar tres veces, este no me abrió, joder este tonto aún sigue dormido, seguí tocando y nada, tome la perilla y la hice girar, para mi sorpresa no tenía seguro, entre y no había nadie, ¿Donde estará este engendro?, sentí la puerta de su baño abrirse, me giré para ver y créanme que me arrepetire por haberlo hecho, era Beni desnudo, solté un grito y el igual, me tape los ojos y me gire.

—¡Porque mierda no tocas antes de entrar!—Oigo que dice, seguía con mis manos en mi rostro.

—Toque muchas veces y como no obtuve respuesta decidí entrar—Dije—vístete rápido, te espero en la sala, no tardes—Con los ojos cerrados fui caminando hacia la puerta como pude, al llegar Salí, abrí mis ojos y solté un suspiro, ahora tendré que borrar esa imagen de mi mente, camine hasta las escaleras y baje,mi cabeza comenzaba a doler otra vez, quizás sea porque tengo hambre, una vez abajo me senté a esperar al engendro de la naturaleza, apoye mi cabeza en el mueble y cerré mis ojos, ¿Quién será ese hombre?, ¿En qué momento mi padre me enseñó a luchar?, y la más importante, ¿En qué momento yo había conocido a Scott?, preguntas se cuelan en mi cabeza, preguntas que quizás nadie podría responder, todo esto es muy raro, no sé a qué vino lo que pasó esta mañana, ese cansancio que de repente me entró sin ninguna razón, esos pequeños fragmentos de recuerdos que nunca he vivido.

La voz de Beni hizo que volviera a la realidad.

—Ya estoy más que listo, vámonos—Al oír aquello, abrí mis ojos, me senté mirando.

Lo miro y ya estaba muy bien vestido, incluso hasta perfumado, ¿Y este cree que iremos a un restaurante o qué?, me pongo de pie y tomo mis cosas, agarro las llaves del auto y sin más abro la puerta, lo mire de reojo cerrar la puerta con seguro, caminamos hasta el auto y procedí a quitar el seguro para luego abrir la puerta del conductor, subí cerrando a su vez la puerta, acomode mi cabello un poco, lo mire sentarse en el otro asiento. enciendo el motor y pongo el carro en marcha.

— ¿Cuándo me dejarás manejar a mí?—.

—Cuando saques tu licencia de conducir—Le di una rápida mirada para después mirar hacia el frente.

—Falta mucho para eso—Le oí quejarse, revoloteé mis ojos y relamí mis labios.

Seguí conduciendo a casa de Lisa, ella vive en el centro, debo aclarar que donde mi hermano y yo vivimos está alejado un poco de la civilización, a mis abuelos les gustaba mucho la naturaleza, por eso decidieron venir a vivir aquí, es un bonito lugar, árboles alrededor, es lindo escuchar a los pajaritos cantar, ver a las ardillas treparse por los árboles, estar en silencio, el olor a tierra mojada es súper increíble, amo este clima.

— ¡Isobel cuidado!—Oigo que dice Beni y al mirar al frente había un hombre, ¡Mierda!, gire el volante haciendo que saliera de la carretera, el auto fue frenado por un árbol y pegue mi frente al volante, ¿De dónde ha salido ese hombre?, alce mi cabeza, estaba aturdida y con un poco de dolor, lleve mis manos hacia mi frente, sentí un líquido, mire mis dedos y como lo sospeche, era sangre, mire hacia el asiento de copiloto y Beni tenía los ojos cerrados, mierda Beni, me quite el cinturón, abrí la puerta del auto y Salí, me sentí mareada, me agarre del auto y llegue hasta la parte donde estaba él, abrí la puerta y giré su cara, también estaba sangrando, su ceja estaba rota, lo moví un poco.

—Beni despierta—Lo seguía moviendo, poco a poco iba despertando hasta quedar consiente, le quite el cinturón y lo ayude a bajar del auto, se tambaleo un poco, como pude lo sostuve, pase su brazo por atrás de mi cuello.

— ¿Lo mataste?—Al oír eso negué rápido para luego mirarlo.

—No, logré esquivarlo—Respondí negando con un poco de delicadeza.

—Pues eso no es lo que parece—Dice y confundida miró a donde señala, el hombre que estaba en medio de la carretera estaba tirado boca abajo en el suelo, mierda, juro que logre esquivarlo, me aleje un poco de Beni.

—No te muevas de aquí—Lo volví a mirar y él solo asintió.

Camine hasta aquel hombre que vestía todo de negro, llegue hasta él, su gorra negra estaba un poco alejada de él, tenía la muñeca derecha torcida y el pie derecho también.—Pero si yo lo esquive—pensé, me agacho y con mis dos dedos los llevo a su cuello para tomar el pulso, no tenía pulso, lo mate, mierda lo mate, gire mi cabeza y mire a Beni, él ya tenía la mirada puesta hacia donde yo estaba, gire mi cabeza nuevamente para ver el cuerpo sin vida de aquel hombre, no soy doctora pero quizás la causa de la muerte pudo haber sido un fuerte golpe en la cabeza, quite la gorra que este hombre tenía, juro que esa gorra no estaba en su cabeza cuando lo vi de cerca, quizás vi mal, no le di tanta importancia, deje la gorra hacia un lado y luego con cuidado gire su cabeza hacia la izquierda, no parecía tener ninguna herida, por la oscuridad de la noche no pude ver su rostro, contando que su cabello le tapaba un poco su cara.

Quite este y lo primero que vi fue una cicatriz en su ceja izquierda, me imagino que se la hizo en una pelea callejera, aunque debo decir que es muy extraña, tenía la forma de una "F" , iba a pasar mis dedos por la la extraña cicatriz pero mi mano fue detenida, abrí mi ojos como platos y el miedo me inundó, vi sus ojos, no eran de un color normal, era de un color rojo carmesí, trate de zafarme de su agarre que cada vez más se estaba volviendo más fuerte, se suponía que tenía la muñeca mala, mordí su mano y este me soltó, aproveche eso para ponerme rápidamente de pie y alejarme lo más rápido que pude, llegue hasta donde estaba Beni que tenía los ojos como platos.

— ¡Beni hay que irnos ya!—Le dije ya alterada y él no decía nada solo se quedaba parado mirando todavía donde estaba aquel hombre, gire mi cabeza y ese hombre estaba de pie, acomodó su muñeca, el sonido de los huesos se escucharon, luego hizo lo mismo con su pierna, lo hizo como si no doliera nada, como si no sintiera dolor alguno, luego de hacer eso su mirada se posó en nosotros, aún tenía los ojos de color rojo carmesí, comenzó a caminar a paso lento, me llene de pánico.

—¡Beni corre!—Grite y lo hago caminar empujándolo, él comienza a correr y yo lo sigo, mierda mi teléfono está en mi auto, ni loca pienso devolverme, miro un poco hacia atrás y veo que ya no está, ¿A dónde se habrá ido?, por estar mirando hacia atrás choque con el cuerpo de alguien, mire y era Beni que habí frenado su paso, mire hacia el frente y aquel hombre estaba parado a escasos metros de nosotros, joder como llego hasta allí tan rápido, aquel extraño sonrió de una manera maliciosa, esto no me da muy buena espina, comenzó a caminar hacia nosotros, no teníamos salida alguna, si apareció enfrente de una manera rápida puede hacerlo mientras corremos y nos taparía el paso, el contrario seguía avanzando con lentitud, nosotros retrocedíamos.

—No tienen escapatoria—Habló el hombre con voz gruesa para después reír, su risa erizo mi piel.

— ¡Déjanos en paz imbécil!—Gritó mi hermano mientras abría sus brazos protegiéndome.

La que debería protegerlo a él soy yo, no él a mí, la sonrisa del extraño se agrandó a más no poder para así mostrar su dentadura la cual de ella brotaban dos grandes colmillos, ya estaba temblando de miedo, nunca antes había presenciado algo como esto, no sé qué querrá hacernos.

A medida de que él avanzaba hacia nosotros, retrocediamos, yo solo me escondía atrás de Beni, el miedo y el pánico de no saber qué hacer me estaban matando, el hombre freno su paso y nosotros igual, trague en seco, de un momento a otro él se abalanzo encima de ambos, actué rápido y me puse al frente cubriendo a Beni, no sé de donde saque el valor para hacer eso, cerré mis ojos y esperé aquel impacto que nunca llegó, abrí mis ojos, este se encontraba en el suelo en una distancia muy alejada de nosotros, mi respiración es agitada y estoy sudando frió, no sé cómo aquel hombre acabado en el suelo si yo no hice nada, al parecer lo que lo haya mandado lejos le afecto mucho ya que no para de gritar, asustada con lo que acaba de pasar tomo a Beni de la mano y lo hago correr a dirección hacia el auto, una vez cerca del auto suelto la mano de mi hermano y me pongo a buscar mi celular, metí mi mano hasta el fondo de este, toque de adelante hacia atrás, mis dedos tocaron algo, —¡Mi celular!—pensé, lo agarre y saque mi mano, si definitivamente era mi celular, lo encendí, estaba vivo, lo desbloquee rápidamente y busque en mis contactos el nombre de Lisa, al encontrarlo le di en llamar, sonaba una y otra vez pero no contestaba.

—Mierda Lisa contesta—Hable en un susurro, volví a marcarle pero me mandó a buzón de voz, seguí insistiendo hasta que sonó como si estuviese apagado, mierda lo apago, maldije en voz baja, sin dudarlo le marque a la policía, era mi única opción, al tercer timbrazo contestaron.

— ¡Hola!, por favor necesito su ayuda con urgencia—

[¿En que la podemos ayudar señorita?].

—Hubo un accidente, y hay un hombre que... que nos quiere hacer daño a mi hermano y a mí—El miedo de saber que ese hombre sigue cerca de nosotros no me deja hablar muy bien.

[Bien, díganos la dirección y enviaré una patrulla, ¿Hay heridos?].

—No—digo mirando a mi hermano, él tenía miedo al igual que yo.

[¿Cuál es su dirección?].

—Estamos ubicados casi en la entrada de Virginia, creo que a 3 kilómetros o más, n-no lo sé—Titubee solo un poco, pase saliva llevando una mano a mi frente.

[Bien, ya enviamos una patrulla para allá, por los momentos quédese en línea].

—Está bien—

[¿Puede describirme al hombre?].

—Está vestido totalmente de negro, es alto, tiene el cabello negro—Me calle para no decir lo otro, no quiero que me tome por loca.

[Está bien, la patrulla llegará en 11 minutos].

Solté un suspiro muy largo, al menos llegaran, me giro para decirle a Beni que la patrulla no tardará mucho en llegar y al hacerlo el pánico y el miedo se hicieron presente nuevamente, el hombre sostenía a mi hermano por el cuello de una manera que casi lo dejaba sin oxígeno, sude frío otra vez, la voz del policía se oía en la otra línea, el hombre tenía una sonrisa malévola que me heló la sangre por completo, no sabía qué hacer.

—Di que solo es parte de una broma, o tu hermano muere—Habló con voz gruesa mientras apretaba cada vez más su agarre en el cuello de mi hermano que estaba tratando de zafarse, la sirenas de la patrulla se comienzan a escuchar.

—Es tarde, ya están aquí—Le digo como puedo ya que los nervios no me dejaban hablar.

—Entonces, despídete de tu hermano—Dicho esto clavó sus colmillos en el cuello de Beni, grite desesperada dejando caer mi celular para lanzarme encima del pero no logre hacerlo, ya que fui lanzada muy fuerte hacia atrás, sentí chocar contra un árbol y caí al piso, trate de ponerme de pie pero caí de nuevo, disparos se escucharon en el lugar, mi cuerpo dolía, escupí sangre, limpie mi boca con la manga de mi suéter, reuní la poca fuerza que me quedaba y me puse de pie, camine como pude hasta llegar al auto, los policías revisaban el lugar, al parecer el hombre había escapado, vi el cuerpo de mi hermano tirado en el suelo, me acerque a paso rápido a él, me agaché, mis lágrimas comenzaron a caer humedeciendo mis mejillas, su respiración era regular y no despertaba.

— ¡Beni despierta!— Di varias palmaditas en su mejilla, él no despertaba y su respiración poco a poco disminuía más, lo alce un poco hasta poner un su cuerpo en mis piernas—vamos hermano tienes que despertar—Lágrimas caían por mis mejillas, mi llanto se oía junto con el ruido de las sirenas, —él no puede morir él no puede morir—repetía una y otra vez con desesperación y angustia.

—Señorita, debemos ponerlo en la camilla para trasladarlo lo más rápido posible—hablo un paramédico, deje de abrazarlo, en un par de segundos lo pusieron en la camilla—acompáñenos—asentí.

Me ayudo a levantarme y me condujo hasta la ambulancia, se montó primero uno mientras el otro impulsaba la camilla hacia adentro, cuando ya estaba me adentre y luego un oficial, el chico cerró las puertas, veía a mi hermano en esa camilla y mis lágrimas seguían mojando mis mejillas, solo las limpiaba, tome su mano y la acaricie, luego pusieron la ambulancia en marcha.

—Tiene que darnos su declaración—Oí decir al oficial, yo solo me limite asentir. 

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