Capítulo 131
Después de esa noche pasional, sabíamos que no podíamos correr riesgo, así que teníamos que tener nuestro nido de amor.
Le pedí a mi padre una casa. No en cualquier lugar, sino justo en los límites de la Manada de Plata y Russo.
Quería estar cerca de Mía y cerca de Mark, también de mis padres, pero principalmente privacidad para las visitas nocturnas de Mark.
Él no estaba convencido al principio, pensaba que por mi estado lo mejor era estar en familia.
—No quiero más problemas ni rumores —me advirtió —Te daré la casa pero prefiero que no recibas visitas en un tiempo.
—No pasará nada —le aseguré con una sonrisa —. Quiero estar tranquila, Es solo una cabaña.
Después de pensarlo unos segundos, aceptó,
Me pidió algo a cambio: que vigilara a Bianca. Según él, estaba esperando el momento justo para exponerla, no iba a permitir que se saliera con la suya, eso no era lo que le había enseñado y la castigaria.
En una semana iríamos a cenar con Xavier y pediría formalmente la anul