Buena:
Me despierto al sentir una caricia en mi rostro y abro los ojos lentamente.
Lo primero que veo son los hermosos ojos grises de Lucían y sonrío como boba.
—¿Tienes mucho qué despertaste?
Le pregunto con la voz ronca aún con mucho sueño.
—No mucho, pero sigue durmiendo, te ves muy cansada.
Asiento y vuelvo a cerrar los ojos aferrándome a su caliente cuerpo.
….
Abro los ojos al sentir que estoy presionando con mi mano algo muy grande y duro.
—¿Te gusta? Juro que está vez me vas a quitar las ganas.
Escucho la voz ronca de Lucían y de inmediato quito mi mano y me siento encima de la cama.
—Lo siento, no fue mi intención.
Digo mordiendo mis labios al querer tocar otra vez… Pero recuerdo que Lucían está enfermo.
—Rayos despertaste y yo durmiendo ¿Cómo estás? ¿Tu herida sanó? ¿Tienes hambre?
Le pregunto revisándolo, pero ya no hay herida.
—Se que no lo sientes pequeña… Y sobre tu otra pregunta sí, estoy bien, soy bastante fuerte y no, no tengo hambre por ahora… Bueno si te