¡Malahia corría! ¡Avanzaba lejos entre el busque!, no huía de la manada en sí, sino, buscaba desesperadamente un momento a solas. Lejos de los lobos de Fuerza Aguerrida, del escándalo de la música, la fiesta a Luna Ayseli.
Avanzó, perdiéndose entre las profundidades del bosque, hasta que…
Walter, su hermano y Beta de la manada, apareció detrás de ella. Sus pasos sobre hojas secas y ramas rotas sonaron apenas: "cris… cris…." Sus ojos verdes se posaron en la figura tensa de Malahia, iluminada por la Luna, y frunció el ceño.
—Hermana… —susurró con voz grave—. ¿Qué haces aquí? ¿Por qué huyes?
Malahia no respondió. Solo lo miró, con la mandíbula apretada y los ojos llenos de fuego. Su respiración era rápida, y un hilo de rabia temblaba en sus labios.
Walter bajó la mirada hacia su sobrina, Amira, a quien él llevaba de la mano.
La niña, hija de Malahia, corrió hacia ella y se aferró al cuerpo de su madre.
—¡Mamá! ¡Mami volviste!~
Minutos después.
Llegaron a una colina cercan