Capítulo 68
Amelia apenas podía sostenerse. Cada paso la dejaba más débil, pero no dijo nada. No quería preocupar a Matthew. Bastante tenía él con lo de su hermana, y se le notaba... ese gesto tenso en la mandíbula lo delataba.
Un punzante dolor en la cabeza la obligó a rendirse. Subió a su habitación y se dejó caer en la cama, deseando que el sueño la envolviera y le devolviera algo de fuerza.
Pero la paz no llegó, al contrario parecía que la había arrastrado a una pesadilla oscura que le estaba mostrando su verdad.
En su lugar, una oscuridad espesa se coló en sus sueños. Se encontró caminando en un jardín sombrío, donde el aire parecía espeso y cada bocanada le costaba más. Sentía el cuerpo pesado, como si algo invisible tirara de ella hacia abajo.
—¡Lyra! —gritó con la voz temblorosa, avanzando entre ramas torcidas que rozaban su piel como si quisieran retenerla.
La vio. A lo lejos, su loba estaba ahí, pero no se acercaba. Tenía la mirada baja, el cuerpo tembloroso. Parecía herida…