Capítulo 54
Después de aquella amenaza que le heló la piel con una voz tan fría como cortante, lo único que Matthew deseaba era llegar hasta Amelia.
Ella lo esperaba en la pequeña cabaña, con el alma nerviosa, pensaba en el fondo de su corazón, que la respuesta de los ancianos no sería favorable. Y aún así, estaba dispuesta a enfrentarlo todo… por su cachorro, por su amor incondicional por Matthew, su Mate.
Cuando Matthew cruzó la puerta, no dijo nada. Se acercó sin pensarlo tomó su rostro entre las manos y le dio un beso suave,
Con el le daba la seguridad de una buena noticia.
Amelia se aferró a él, no quería que ese momento entre los dos desapareciera, aferrarse a amor de Matthew le daba paz.
—¿Te dijeron que no... verdad? —susurró ella, con los ojos llenos de pesomismo, sin alguna esperanza después de haber luchado tanto por amor.
Matthew sonrio coqueto y travieso, esa sonrisa una que solía usar cuando quería molestarla un poco, pero esta vez no pudo seguir el juego.
Sabia que