—Para no querer servirme, has llegado rápido —espetó Xander con tono sarcástico, levantando una ceja.
—¿Cómo quieres que te sirva? ¿Debo estrujar tu espalda, darte un masaje, o servirte otro trago?
Él frunció el ceño, sorprendido por la respuesta inesperada de Isa.
<¿A qué juega ahora?>, le habl