—Está bien, mi amor —le respondo—. Por favor, no tengas miedo. Iré para allá y estaremos juntos. Luego resolveremos este tema.
—Gracias, gracias, mi amor —solloza—. No sé qué haría sin ti, si algo malo te…
—No va a ocurrirme nada malo —le prometo—. No puedo dejarte a ti y a nuestros seis hijos.
—Eso