AriaNo pongo demasiada resistencia a ir al baño, pese a lo nerviosa que me siento. Trato de tomármelo como lo que es, pensar en que muchas veces he estado desnuda ante él y que la enfermedad va a impedir que yo haga tonterías.—Puedo hacerlo yo sola —le digo al entrar en el lujoso baño.La bañera l
Anna Roma
Ese hombre no sabe la que le espera...
¡Muchas gracias por leer la historia! Si te está gustando, no olvides colocar tu voto y dejar tus comentarios.