C158- PESADILLA.
C158- PESADILLA.
La tensión en la iglesia se volvió insoportable. Grace, con los ojos abiertos como platos, miraba fijamente a Doménico, su mente retrocedió rápidamente siete años atrás, cuando William le había hablado de un hombre poderoso con quien quería casarla. Las piezas finalmente comenzaron a encajar.
—¡Tú...! —exclamó, llevándose una mano a la boca. Su respiración se volvió errática—. Tú eres... el hombre del que mi padre hablaba. El que quería que... —no pudo terminar la frase.
El shock la paralizaba, y sus ojos se llenaron de lágrimas. Alexander se levantó de su asiento, con el rostro enrojecido por la furia. Avanzó hacia Doménico con paso firme, señalándolo con un dedo acusador:
—¿Qué diablos estás haciendo aquí, Doménico? ¡Explícate ahora mismo! ¿Quién te crees que eres para interrumpir esto?
Él no se inmutó. Y con una frialdad que helaría el alma de cualquiera, miró a Alexander y respondió:
—Cierra la boca y guarda silencio, viejo. Esto no te concierne.
Su tono era tan co