—Si esto se trata de un plan para ayudar de alguna manera a tu hermano, déjame decirte que él no tiene ningún interés en Anaís, además, no se merece una mujer como mi hermana, es demasiada buena para Diego —Marco se mantenía impasible y eso causaba mayor molestia en Miguel— ¿Me estás prestando atención? ¿Si acabas de escuchar lo que te dije? Nadie me lo contó, yo los vi cuando estaban a punto de tener sexo en el sofá de la suite dónde se están hospedando, ella es hermosa, una hechicera y… —se interrumpió apretando los dientes con molestia.
»Marco, no quiero que Anaís sufra, ya lo ha hecho lo suficiente en su vida, no la usen para jugar con ella. Ese matrimonio entre ella, aunque no me agradaba al principio, ahora pienso que es preferible a verla enredada con un hombre como Diego, de ustedes dos tú eres un mejor chico, además, te respeto y te admiro y…
—Miguel, n