En Grecia, la mansión Ferreti se encontraba marchando a como un reloj, cómo siempre, el bebé Alessandro, era arrullado por su padre en la mecedora que se encontraba en su habitación, el cierto estaba adornado con juguetes y cuadros coloridos, Carolina ya se había ido a la cama, el embarazo la hacía dormir demasiado
— Dante le leía un libro que hablaba de los polos a Alessandrito, el niño escuchaba atentamente, hasta que por fin se quedó dormido, entonces fue que el mafioso pudo bajar al despacho, tenía unas cosas que revisar, pero antes entró a su habitación a darle un beso a su mujer
— En el despacho, Alexander y Joshua trabajaban concentrados en qué los cargamentos llegaran completos y a tiempo a sus destinos
— ¿Ya se durmió tú extraño bebé? — preguntaba, Joshua
— No le digas así, ese bebé a su corta edad, es más inteligente que tú y que Alexander juntos, es el futuro heredero de la mafia que papá, llevó a su mejores momentos
— Si, si, pero aún así, es un bebé muy frío, parece anali