CAPÍTULO 50. RENACER
Llegamos a nuestro lugar especial, lo miré, toqué su rostro, lo acaricié, quería ver que fuera real, tenía su cabello peinado hacia atrás, sus ojos marrones se iluminaban al mirarme, y recordé todo mi dolor, me lancé sobre él y empecé a golpearlo.
—¡Me debes una maldita explicación! —Le grité entre lágrimas.
—Lo sé, déjame hablar por favor.
Me tomó de las muñecas para evitar mis golpes, bajó lentamente mis brazos y me tomó entre los suyos.
—Todo fue obra de mi padre.
Lo sabía, ese maldito viejo tenía la culpa de todo.
—Desperté un día en una habitación, era enorme y estaba llena de equipos médicos. Todas las paredes eran blancas y el suelo brillante, aterrorizado descubrí que no podía moverme, estaba inválido, mi papá estaba con muchos especialistas a mi alrededor, me sometieron a varias cirugías, tuve dos años de terapia para poder volver a caminar como antes.
—Nunca te comunicaste, tu papá dijo que habías muerto.
—Lo sé, me tenía vigilado, después que pude volver a caminar intenté e