Alexa, es una chica curvy que desde niña ha sufrido bullying y rechazo por su aspecto físico, de pocos amigos y centrada en sus estudios; proviene de una familia llena de secretos y escándalos que terminan por alcanzarla y provocan un revolcón en su vida. No cree en el amor, pero el destino pone no uno sino dos hombres totalmente diferentes en su camino. Uno, el badboy de su clase, un chico alegre un poco impulsivo, alguien de quien jamás pensó enamorarse, quien le ayuda en su proceso de aceptación y lucha contra los trastornos alimenticios. El otro, un hombre pacífico y un poco tímido, quien le aporta serenidad a su vida. Alexa experimentará el amor y la pasión desde dos perspectivas diferentes, mientras lucha contra si misma y los prejuicios de la sociedad.
Leer másMis compañeros se quejaban del clima y un par de niñas peleaban con el maestro Mora, que se le ocurrió sacarnos a hacer ecuaciones bajo el inclemente sol.
Joel de forma jocosa arrendaba a las chicas que saltaban como si el asfalto les quemara los pies. Se puede decir, que era el BADBOY de nuestro salón, lo habían transferido poco antes de iniciar el verano y jamás había cruzado palabra con él.
A decir verdad, tenía el tipo de chico malo, con ínfulas de rockero, a mí me parecía guapo, su oscuro cabello que caía coquetamente sobre su rostro, sus perfectas y pobladas cejas enmarcaban perfectamente esos ojos casi negros, todo en conjunto le daba un aire de misterio.
Todas morían por el, se puede decir que besaban el piso por dónde él caminaba y eso me aterraba, total, solo era un muchacho medianamente guapo.
Isabela, brincaba y gritaba porque su rostro perfecto se arruinaría por el sol, mientras Joel la imitaba con gracia
Ella lo miró y soltó un suspiro, lamentándose al ver su actuar.
—Si sigues así, la harás llorar —le dije en un tono muy severo y casi gritándole, dejándole claro que, no le permitiría seguir con sus burlas y humillaciones.
Me miró de pies a cabeza de una forma bastante despectiva, encogiéndose de hombros, no le importó nada de lo que le dije, me dió la espalda y siguió con sus monerías.
¡Tipo grosero ese! Pensé, muy lindo y todo pero con una forma de ser horrible.
—¿Qué pasa linda?, ¿Te molesta mi presencia?
Le miré y no entendía por qué seguía haciendo eso, si sabía que alguien lo acusaría, aunque, pensándolo bien, no creo que le hubieran puesto una sanción por arremedar a una compañera, no lo hicieron hace un par de días cuando se burló de un maestro...
Si buscamos "imbécil prepotente" en el diccionario, podremos ver su fotografía.—Qué te diré... Pues sí, tu y tu actitud de malote me molestan demasiado, ¿puedes evitar hacer tus ridículas burlas frente a mí?
—No, no puedo, oblígame niñita mimada.
Me puse de pie y le rapé el vaso de soda a Leo y se lo tiré en la cara a Joel.
—A ver si con eso se le bajan los humos don señorito importante.
Pude escuchar el coro de los presentes: "Osh"
No quise discutir más, para mí, la conversación había terminado, así que opté por dar la vuelta e irme lejos de ahí.
—Huye cobarde —me gritó mientras me alejaba de él y sus igualmente descerebrados amigos.
Joel tuvo que quitarse su camisa pues lo dejé empapado de soda, mientras seguía mi camino, pude escuchar como varias de mis compañeras se desvivían ante su imagen ligeramente musculosa, claramente, en cuestión de cuerpo y rostro era lo más interesante que había pisado este colegio.
Llegaba yo a la puerta del edificio cuando sentí que alguien se aproximaba corriendo hacia mi, me asusté y aligeré el paso hasta mi casillero, lo abrí para sacar unos libros y al cerrarlo, justo detrás, estaba él.
—Me han hablado muy mal de ti últimamente, por los pasillos del colegio, se dice que eres una bruja loca.
—Me tiene sin cuidado lo que una partida de imbéciles piensen o digan de mi, a diferencia tuya, no vivo de apariencias ni del qué dirán.
—Si, claro, te creo —dijo bacilando mientras bebió un sorbo de una botella de agua, que por el aliento que le sentí, percibí que lo que allí contenía era alcohol.
—Así que... No te importa lo que digan o piensen los demás... Interesante, creo que acabas de aprobar el último nivel —dijo mirándome fijamente, esbozando una leve y coqueta sonrisa, logrando sonrojarme un poco.
—¿Último nivel? ¿De qué? —Pregunté con la voz un poco temblorosa.
—¡Pues para ser mi novia! —respondió en tono de burla, a la vez que se encogía de hombros. —No tienes opción nena.
—¿Debería sentirme feliz? —pregunté molesta.
—Por supuesto que sí, muchas desearían estar en tu lugar.
—No pues qué maravilla, sabes qué, prefiero dejarle la vacante a alguien que "se muera" por estar en mi lugar, ¡no me interesa un tipo grosero, egocéntrico y borracho como tú!
El sonrió, mordió suavemente su labio inferior, se me acercó y sopló su aliento alcohólico en mi rostro, sin pensarlo le puse una fuerte bofetada y me marché.
—Así me gustan, que me peguen y me eduquen —Gritó mientras me alejaba de él.
Ese fue mi primer encuentro directo con Joel Vásquez, el chico malote, el llamado (en el argot popular), el tumba locas del colegio.
Jamás imaginé que mi existencia cambiaría tanto a partir de ese día, que su presencia me marcaría para toda la vida, que aprendería tanto de él, que por años, sería una constante en mi diario vivir.
Joel es el tipo de chico con el que se tendría un romance fugaz y a escondidas, no es el chico que le presentarías formalmente a tus padres como tu novio, más aún si provienen de una familia conservadora como yo.
En mi casa, por tradición, las mujeres se han casado con hombres íntegros e intachables (en apariencia), todas, se han dedicado a ser las esposas y madres perfectas, a estar siempre bonitas para sus maridos, no puedo recordar a ninguna dama con una carrera dentro de la respetada familia Luján, (mi familia materna), pero yo quería ser la primera.
No quiero vivir a la sombra de un hombre, si sueño con tener una familia e hijos, pero también anhelo tener una profesión, desempeñarme con éxito en el ámbito laboral y aportar económicamente a mi hogar.
No busco un hombre perfecto y cuadriculado como los que se ven en mi medio social, quiero alguien que me ame sinceramente, me respete, me apoye y quiera salir adelante conmigo, no creo que sea mucho pedir.
Llegamos a nuestro lugar especial, lo miré, toqué su rostro, lo acaricié, quería ver que fuera real, tenía su cabello peinado hacia atrás, sus ojos marrones se iluminaban al mirarme, y recordé todo mi dolor, me lancé sobre él y empecé a golpearlo.—¡Me debes una maldita explicación! —Le grité entre lágrimas.—Lo sé, déjame hablar por favor.Me tomó de las muñecas para evitar mis golpes, bajó lentamente mis brazos y me tomó entre los suyos.—Todo fue obra de mi padre.Lo sabía, ese maldito viejo tenía la culpa de todo.—Desperté un día en una habitación, era enorme y estaba llena de equipos médicos. Todas las paredes eran blancas y el suelo brillante, aterrorizado descubrí que no podía moverme, estaba inválido, mi papá estaba con muchos especialistas a mi alrededor, me sometieron a varias cirugías, tuve dos años de terapia para poder volver a caminar como antes.—Nunca te comunicaste, tu papá dijo que habías muerto.—Lo sé, me tenía vigilado, después que pude volver a caminar intenté e
No sé en qué momento, se pasaron 3 meses...Mamá, Marian y Ana se encargaron de organizar todo, hasta mi vestido lo eligieron ellas, yo no quería nada que ver con ese asunto.Era obvio que no tenía la certeza de querer casarme.Estaba llena de dudas.Meses atrás, nuestro compromiso fue anunciado en la prensa y recibimos llamadas hasta de la familia de mamá, a la cual obviamente no invitaríamos.La última prueba de vestido y maquillaje fue una montaña rusa de emociones para mí, aunque me veía hermosa, no estaba feliz, no podía dejar de pensar en que esto pudo ser con Joel.Pero debía aterrizar, Carlos era un buen hombre y no podía defraudarlo.Todo estaba listo, no podía dar marcha atrás, mamá me botó intranquila y quiso hablar conmigo al respecto.—Nena, ¿Qué pasa? ¿No estás feliz?—No lo sé mamá, siento muchas cosas que no puedo definir.—¿Estás segura que quieres casarte?—La verdad... —hice una pausa y un suspiro se me escapó —No, —proseguí.—No te preocupes mi amor, es normal, me
Debo decir que la pasaba muy bien con Carlos pero definitivamente no lo amaba, por más que hubiera pasado el tiempo Joel seguía siendo el dueño de mi corazón.Aún así me había resignado a que no lo volvería a ver y por eso mismo decidí darle una oportunidad, sin embargo, no sabía hasta cuándo seguiría con esta farsa.Lo quería sí, pero no lo amaba y me sentía culpable por seguirle dando alas y más aún por llevar ya tanto tiempo con él, todos creían que teníamos una relación muy sólida y sí, de cierta manera quise hacerselos creer para que dejaran de preocuparse tanto por mí.El me trataba bien, era muy detallista, pero nunca lo pude ver con otros ojos, era un gran amigo, nada más.Muy esporádicamente teníamos intimidad, no me provocaba deseo, lo hacía por "cumplir" y ya.Se acercaba mi cumpleaños y no quería nada, como en los últimos, pero estaba lejos de imaginar todo lo que sucedería ese día y cómo cambiaría mi vida.Pude percibir por semanas una actitud sospechosa de mis padres, C
Mamá insistía mucho en el tema..."Debes salir y conocer gente, darte una nueva oportunidad"Era tan difícil... Y me daba tanta rabia que no lo entendieran, tener una pareja, definitivamente no estaba en mis planes.Sin embargo, desde niña había soñado con tener una familia, casarme, tener hijos... Por un tiempo, ese sueño había quedado en el olvido, pero al conocer a Joel, todo ese sentimiento regresó con mucha mas fuerza que antes, sentía que con él, cumpliría ese hermoso sueño.Pero todo cambió, aquí estaba casi 4 años después, sin nada de eso, sin una familia, sin su compañía, sin su amor, lo perdí todo y solo queda en mi corazón el dolor de haberlo perdido, culpándome cada día de mi vida, llorando su ausencia cada noche, extrañando sus abrazos, sus susurros, olvidando su voz... Buscando en cada desconocido en la calle sus ojos, su sonrisa...No lo había superado ni lo superaría jamás, el fue, es y será el amor de mi vida.Estaba aburrida de los sermones, de las interminables char
¿Qué pasó?Me sentía avergonzada, sucia, culpable, sentí que había traicionado mis principios... Y a Joel.No sabía qué hacer, no entendía como terminé en la cama con Carlos y solo podía pensar que él se aprovechó de la situación, algo que Joel jamás hubiera hecho.Me levanté, tomé mi ropa y me metí al baño, tomé una ducha rápida, me vestí y me fui a mi casa, ni Ana ni Carlos se dieron cuenta.Todo el camino a casa estuve intentando recordar lo que había sucedido, pero no lo lograba, creo que el llevar tanto sin beber me hizo daño.Llegue y no había nadie, imagino que mis padres estaban trabajando, le envié mensaje a ambos haciéndoles saber que ya estaba en casa y que iba a descansar, no quería preguntas ni conversaciones en ese momento.Sentí no solo traicionar a Joel sino a Ana, ¿cómo pude hacer algo así?Mi teléfono empezó a sonar, era Carlos, no le respondí la llamada, al ver mi evasiva me escribió."Debemos hablar de esto"No respondí.Esto era algo que definitivamente no necesit
Alguien debía acompañar el resto de la noche a Ana, decidí quedarme, no quería regresar a casa, Carlos se marchó pero primero me dió su número por si alguna situación se presentaba.Había un sillón bastante amplio donde me podía acostar y me proporcionaron una cobija.Ana se quedó dormida de inmediato, imagino que por efecto de tantos medicamentos.Yo intentaba dormir, pero me daba vueltas la idea de que ese señor era el padre de Joel, ahora me sentía tonta por no seguirlo para que me diera una explicación.Estaba intranquila, los recuerdos me atormentaban más y más y necesitaba enfrentar a ese señor.Salí del cuarto a dar una vuelta por ahí con la esperanza de encontrarlo pero a esa hora estaba desierto, fui a la cafetería por un café y salí a la terraza a fumar un cigarro.A lo lejos vi movimiento de autos lujosos, y bajaban una silla de ruedas, detrás, estaba el, bajé rápido pero ya no estaban, di al menos 5 vueltas por el hospital pero no lo encontré, indagué pero tampoco me diero
Último capítulo