Jade no era la mejor repostera del mundo; en su opinión, ese título le correspondía a su madre. Sin embargo, como estaba nerviosa por la próxima reunión y aún no le permitían salir a la guarida sin un guardia, decidió que hornear galletas sería justo lo que necesitaba. Con suerte, después de hoy, se sentiría un poco más segura consigo misma en lo que respecta a su nueva manada, pero no le dio mucha importancia.
En realidad, no era ella tanto como los hombres en su vida. Hunter y sus hermanos no eran buenos dejando que otros tomaran el control. Eso significaba que, a menos que alguien la vigilara para mantenerla a salvo, no podrían concentrarse en la tarea en cuestión. Esa carga recaía sobre ellos, pero como ella estaba tratando de encontrar su lugar, los dejó actuar con sobreprotección.
Por ahora.
Eso cambiaría.
Pronto.
El p