Los chicos y yo estábamos en el estudio planeando cómo haríamos el atentado a Fernando, porque el día de ayer su madre tuvo el descaro de llamar a mi hija y decirle que cuando naciera el bebé iban a pelear la custodia y eso es algo que nosotros nunca vamos a permitir que suceda… Porque aquí somos nosotros quienes ponemos presión, más no la recibimos y primero entierra ella a su hijo antes de tan siquiera intentar quitarme un nieto. No tendremos clemencia, quiero un ataque contundente, ¡porque si alguien se atreve a delatarme quiero que lo haga por las razones correctas!
—me está llamando Gianni — ¿dónde estás? —en el despacho, estamos preparando el ataque para Fernando.
—está bien, yo estoy a punto de tomar un vuelo a Italia, nos vemos allá, me alegró mucho saber que por fin ese desgraciado pagaría por lo que hizo… El viaje fue largo y estaba agotado, decidí ir directo a casa de mi familia para poder hablar con ellos.
—hijo, no te esperaba tan pronto —mamá, tuve que viajar de emergenc