—Johnny lo es todo para ti. Pero tú lo eres todo para mí. Te he amado desde el momento en qué te conocí y te dejé ir porque lo miraste a él como el hombre de tu vida. Verte feliz era mi felicidad.
—Por Dios…
—Pero para mí él no existe. Te hizo daño. A los dos. No le importó qué tanto daño sufrir