Observa a Hannah con ojos suaves. Besa sus mejillas y se la entrega a la enfermera.
—No la despierten, vendré enseguida. Y usted —señala a la enfermera—, no salga de esta habitación. Nadie entra, nadie sale. Si alguien quiere entrar va a la dirección de este cuarto y me dice nombre y apellido de es