Era ridículo. Éramos amigos, pero apenas conocía al tipo. Solo lo había visto un par de veces desde el celo, y todo era completamente normal cuando lo veía. Se suponía que lo tatuaría en unos días, y me daba tanto miedo que ya estaba pensando en fingir que estaba enfermo.

Es diferente durante el celo. Puede que ni siquiera se sientan atraídos sin las feromonas.

Eso fue cierto para Clay, aunque no fue mi caso.

Pero incluso si se sintiera atraído por mí, nada podría pasar entre nosotros. Probablemente nunca encontraría pareja por culpa de su bestia, y yo tenía que elegir una para acabar con la obsesión del lobo de Hunter conmigo.

—Lo sé —dije—. Lo intentaré una vez más con Hunter, pero si no puedo...

—No hemos terminado mi lista de posibles parejas —dijo Hunter con calma—. Si lo intentas y no consigues nada con los cuatro prometedores ahora mismo, haremos borrón y cuenta nueva y seguiremos con hombres nuevos.

Está bien. Lo siento.

No te disculpes. Soy yo quien tiene al lobo obsesivo. Si