—Adelante, proceda y disculpe. —Salió de allí y se encontró fuera de la medicatura con uno de los escoltas que le acompañó en el hotel allá en Turquía.
—¿Pilar y los niños?
—En la casa, señor. Todos bien.
—¿Ella piensa que me fui?
—Sí, señor.
—Asegúrate que las cenizas lleguen a La Ciudad. Entr