La puerta se cerró por dentro. Pilar de inmediato, se sentó sobre la tapa del inodoro y exhaló, tratando de que la tensión de su cuerpo se evaporara poco a poco.
«Es demasiado abrumador, esto es demasiado para mí», se decía la enfermera.
Afuera, el desayuno-almuerzo fue apoteósico, algo que no se