Pilar apoyó su cabeza en una pared forrada de cerámica blanca y exhaló, intentando quitarse de encima la tensión.
Cerró sus ojos, elevó su cara al cielo y se mantuvo así por un rato. Esa era la cuarta morgue que visitaba en el día, estaba exhausta, aún debía acudir al aeropuerto y le informaron que