—Te juro que no fue mi intensión lastimarte..— Me dice y yo asiento
—Pero lo hiciste.— Le respondo, no tengo fuerza para empujarlo en este momento, me siento muy mal.
Los chicos entran con las pizzas en una bandeja, huelen a quemado…Aron las recibe—Están deliciosas.— Le miente lo sé.
—Qué bueno que te gusten papa, me encargare de la cena a partir de ahora, por estas tres semanas- que me quedan en casa.— Dice Ariadna y a pesar del dolor de cabeza y los mareos abro los ojos para encontrarme con la mirada consternada de mi esposo, no aguanto y suelto una carcajada.
—¡Mamá qué bueno que te sientes mejor, para que te comas tu pizza la hicimos con mucho amor.— Me dice ella
—Y masa, peperoni, salsa, queso…—Dice Luis y ella lo interrumpe—Tonto, mejor vamos a sacar las nuestras antes que se quemen.—Dice ella y ambos se van, Aron escupe lo que tenía en la boca y yo me sigo riendo.
—Creo que estas semanas llegare tarde del trabajo.— Le digo olvidándome de que estoy molesta con él.
—Podríamos c