Despierto con los primeros rayos del sol, decidida me pongo en pie, dispuesta a prepararme para el nuevo día. Veinte minutos después llego al desayunador, con un hermoso vestido azul ajustándose a mis curvas, Gloria recoge un puesto en la mesa y frunzo el ceño confundida.
-Buenos días, Gloria.
-Buen día- responde fría sin mirarme.
-¿Kaplam ha desayunado ya?
-Si- responde girándose hacia mí, sus fríos ojos me atraviesan, pero no logran en mí ningún efecto- se acaba de marchar, al parecer te evita- me dice con malicia, me siento enfurecer pero evito demostrarlo.
-Cierra la boca víbora venenosa, mejor sirve mi desayuno- agito mi espesa melena delante de ella. Me siento totalmente erguida y elevo una de mis perfectas cejas insinuando que espero a que me sirva.
-Muy pronto me daré el lujo de verte partir- me dice con desprecio.
-Puede ser- me encojo de hombros- Pero mientras eso sucede, dedícate a servirme.
Después del desayuno me sie