—¡Quítese! —le gritó Valeria mientras echaba a Alice a un lado para evitar que la mujer la tocara—. ¡Corre, Alice! ¡A la puerta! ¡Corre! ¡Corre…!
—¡Noooo! ¡Mami! —chilló la niña mientras la señora Jones trataba de agarrar a Valeria, pero la muchacha hizo lo que jamás creyó que necesitaría hacer.
T