—Pues si él es un caballero, tú puedes ser una damisela en apuros. ¿No es cierto? —apuntó Anna—. ¿Estás sola en la ciudad?
—Sí, mis padres no quisieron venir —suspiró Miranda.
—Entonces digamos que si te caes frente a él y te tuerces un tobillo… es probable que el señor Bennet te lleve a Urgencias