CAPITULO 98: LA HUIDA DE UN COBARDE.
CAPITULO 98: LA HUIDA DE UN COBARDE.
El sonido de los latigazos rompiendo la piel de Arzen resonaba en la lúgubre mazmorra, mientras el olor a sangre impregnaba el lugar. Grayson observaba sonriente; ya había pasado más de una semana desde que tomó el poder de la manada y no había pasado un día sin que Arzen fuera torturado.
—¿No crees que es suficiente? —dijo Daemon, dando un paso adelante y mirando con asco el lugar—. A este paso no quedará nada para cuando despierte Thornak, y la idea es darle un sacrificio.
Grayson gruñó por lo bajo, pero aceptó que su padre tenía razón. Le hizo una señal al guerrero y este se detuvo y salió, dejándolos solos.
—Tienes razón, pero es muy divertido lastimarlo, padre.
Daemon puso una mano en el hombro de su hijo y lo consoló.
—No te preocupes, puedes jugar con Uriel. Es el único aliado que le queda ahora.
Al escucharlos, Arzen levantó la cabeza aún soportando el dolor y lanzó una amenaza.
—No te atrevas o...
—¿O qué? —replicó Grayson, agarrándolo del