CAPÍTULO 28 — Accidente.
Sofía.
Me metí al auto en el cual llegué a la mansión, y le indiqué al conductor que saliera cuanto antes.
—Pero… señora, Koch…
—Ahora mismo… —le indiqué con algo de fuerza.
El hombre comenzó a manejar, y me limpié las lágrimas precipitadamente.
—¿Dónde vamos? —miré el retrovisor y negué.
—Déjame en… te diré en unos minutos…
Él asintió de forma dudosa, y cuando salimos de la mansión, solté el aire para tomar mi vientre.
La escena frente a mis ojos parecía irreal, como si hubiera entrado en una dimensión distorsionada. Camila, la mujer que había estado en coma durante tanto tiempo, estaba parada abrazando a Gael y expresando su amor por él. Sentí un nudo en mi garganta y mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho.
Aun con mis pensamientos distorsionados, sabía que algo estaba muy mal aquí. Era evidente que ese informe médico de su muerte cerebral, era mentira, quizás estuvo en un coma inducido, y las palabras de Helena, solo rondaban por mi mente tratando de hacer una conexión