Genevieve Koslov llegó a casa de sus padres echando humo de lo furiosa que estaba.
— Padre tienes que presionar a los Rinaldi para que presionen a Donatello.
— Hija tranquilizante, le hará daño al bebé.
— ¡Mamá! ¿ Como me pides que me tranquilice? Donatello no quiere casarse.
— Pues tendrá que hacerlo, Francesco Rinaldi tendrá que exigirle a su arrogante hijo que cumpla.
— Dimitri Koslov, no puedes exigir a un hombre que se case, mucho menos cuando...
— Ya mamá, cállate, mi papá sabe que hacer
— No, él solo sabe cumplir tus caprichos de niña malcriada,
— Papi, ¿Verdad que todo se hará como tú dices.?
Genevieve Koslov era una mujer muy caprichosa y consentida por su padre, complaciéndole todo sus deseos, no importando por encima de quién pasar.
— Dimitris, no puedes estar diciéndole que si a cada uno de sus deseos, tiene límites y tú dejas que ella los pase, eso no está bien.
Dasha siempre contradecía a su esposo, el amor desmedido no le permitía ver limites, nunca comprendió, por