Maddi estaba que no cabía en ella de la alegría. Aquel era un hermoso sueño hecho realidad, y por esas cosas buenas que tiene la vida, Sabrina y su conde se habían marchado sin que tuviera el malestar de cruzarse con ellos.
Pronto los niños se fueron a dormir, y Maddi y James se aseguraron de que t