—¿Quieres que te compre un velero? —sonrió.
—Bueno, no quiero esperar a los fines de semana cuando haya tour de las ballenas en el acuario. Si tenemos un velero, podemos ir a verlas nosotros mismos —dijo la niña encogiéndose de hombros.
—Tu papá no sabe manejar un velero —rio Nathan.
—No pasa nad