Sophi echó a correr hacia las estrellas...
¡Solo era media calle... solo media calle...!
Pero media calle para una niña de ocho años, con un niño en brazos, era mucho.
—¿Sophia! —oyó gritar a su madre con una rabia que estaba a punto de explotar aún más, pero ni siquiera volteó la cabeza, solo si