—¿De... de verdad? —preguntó en voz muy baja porque necesitaba que aquello fuera cierto.
—¿Quieres comprobarlo? —murmuró él.
—¿C-cómo...?
Envolviendo sus brazos firmemente alrededor de la cintura de Meli, Nathan la atrajo hacia él hasta que no hubo ni siquiera el espacio de una hoja entre sus cue