Era peligroso ver cómo sus labios temblaban. Todo el cuerpo de Nathan se lo advertía. No sabía qué tenía aquella chiquilla que lo estaba descontrolando, pero era evidente que algo tenía.
—¿Qué va a pasar ahora? —repitió apoyándose en el escritorio y bajando un poco para quedar a su altura. Meli esta