Histérica, gritándole a todos y muy frustrada: así fue como regresó Stephanie a su casa.
—¡Mocosa estúpida! ¿Por qué tenía que irse de donde la dejé? ¡Y encima la otra idiota también trabaja ahí! ¡Lo que me faltaba! —gritó la mujer lanzando un adorno que se rompió contra la pared, y pocos minutos d