Capítulo 43. El miedo de Belinda.
El silencio en la casa de Fabio se sintió más pesado a partir de ese momento. A pesar de las luces encendidas y la seguridad reforzada, Belinda no podía evitar sentir que la oscuridad la rodeaba, que en cualquier momento, desde algún rincón, Ady surgiría como una sombra dispuesta a arrancarle lo poco de paz que había logrado recuperar.
La noticia de su fuga la había golpeado como un puñetazo en el estómago.
Ady estaba libre. Eso significaba que estaba en peligro.
Ella y su hijo.
—No... no puede ser —susurró con voz temblorosa, aferrándose a su vientre como si con eso pudiera proteger a su bebé—. Tengo miedo, Fabio.
El terror se instaló en su pecho como una garra helada
Fabio se acercó de inmediato, sosteniéndola de los brazos, intentando transmitirle algo de seguridad.
— No tienes por qué tener miedo, estaré contigo, no voy a dejarte sola. Voy a hacerme cargo de esto, Belinda. No voy a permitir que te acerque —su voz era firme, segura, pero ella no podía calmarse.
—¡No lo entiendes! —