Al llegar a casa Rossane, preguntaba a Gely si ella podía ir a su escuela, si iba poder jugar, que sí que hacían...
¡si podrás!, y jugaras también, ¡te va gustar mucho!
Gely que se encontraba muy emocionada, quería contarle todo a sus papás, entonces les empezó a platicar de todas las actividades que realizaron en el jardín de niños, de esa manera lo escuchaba igual su hermana
Así que la niña se dedicó a decirle a sus papás todo lo que se hizo en su escuela, el dulce que le habían dado se lo entregó a su mamá y no se cansaba de presumir la estrella que le habían puesto en la frente por ser una niña obediente.
¡mami! Yo quelo paeta -dijo Rossane-
¡Viste hija!, ¡Que hermosa estrella!, ¡sigue así! Y tendrás muchas más -decía Marian-
¡mami! Yo quelo paeta -insistía Rossane-
¡Si mami! ¡me gusta mucho la estrella! -respondió Gely-
¡mami! Paeta, -seguía pidiendo Rossane-
¡No! ¡ahora nadie comerá dulce!, es hora de comer y después a bañarse si quieren ir a jugar con sus primos.
¡si mami! Resp