POV: DAIMON
Airys se quedó allí, quieta, mirándome. Sus ojos grandes, de color miel brillante, fijos en los míos, como si intentaran entender algo que ni ella misma sabía explicar. La boca entreabierta, lista para decir algo…, pero se rindió a mitad de camino.
Ese era su maldito problema. La duda.
No sabía lo que sentía. No podía aceptar lo que quería. Tenía miedo de desearlo.
—Una lástima —gruñó Fenrir dentro de mí, inquieto, palpitando con la misma intensidad que yo—. Ahora lo entiendo. Ella está cerca.
—Está a punto de tomar una decisión —respondí en pensamiento, sin apartar los ojos de ella.
Sus iris claras brillaban con un tono indescifrable, una mezcla de duda, curiosidad… y deseo.
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