POV: AIRYS
— Por favor, hija… ten piedad… — gimió, el cuerpo retorciéndose sobre el suelo frío, las extremidades ya sin fuerza. La piel estaba pálida, los labios temblaban. La sangre corría abundantemente por el vientre abierto. Los órganos expuestos latían, a punto de ceder por completo.
— Déjame ir… lo juro… nunca más te haré daño. Nunca más me acercaré…
Permanecía inmóvil por un instante, observando. Sus ojos temblaban, suplicaban. Por primera vez, parecía pequeño. Débil. Insignificante. Como siempre lo fue en realidad.
Arqueé las cejas, bajando el rostro, hasta que nuestras miradas se cruzaron. Su expresión se contrajo de miedo.
— ¿Cuántas veces mi madre te suplic&oa