POV: AIRYS
— Voy a encontrar la manera de hallarte. Siempre lo hago. — dijo con una tranquilidad absurda, señalando mi muñeca. — Estamos atados, ¿recuerdas? Uno pertenece al otro.
Tragué en seco. Mi corazón latía desacompasado.
Y entonces... él tiró de la puerta.
La cerró.
En mi cara.
El sonido del impacto resonó fuerte.
— ¡Daimon! — golpeé la puerta, los puños temblando. — ¡DAIMON!
Del otro lado, todo se volvió un caos. Lo escuchaba. El sonido de las garras, los gruñidos, el crujido de huesos, golpes, rugidos apagados.
Pero él no podía matar a nadie.
No allí.
No en el pasado.
Y eso lo