— Cuánta benevolencia - respondió el Lycan con un sarcasmo evidente. — ¿Y cuándo bloqueen el flujo de nuestras aguas y nuestros cachorros empiecen a sufrir sed, crees que tendremos la misma compasión por ellos? - Un gruñido estalló en el pecho del Alfa. — ¡NO SEAS INSENSATO, BETA!
Oliver bajó la cabeza sumisamente, reconociendo los puntos planteados por su rey. — Me gustaría proponer un enfoque menos agresivo, mi señor, eso es todo - su voz estaba llena de vergüenza.
— ¿Qué tienes en mente? - preguntó el Rey Lycan de manera analítica.
— Un poco más arriba del río, sería posible bloquear temporalmente las represas y liberarlas en un momento específico, creando una gran ola de agua - Oliver levantó la cabeza mientras continuaba. — Esa ola barrería el campamento enemigo, forzándolos a abandonar el lugar.
— Pero, ¿qué pasa con los cachorros? ¿No se ahogarían? - preguntó Klevilli, visiblemente confundido.
— No necesariamente, - explicó el Beta. — Según la información de nuestro analist