34. Desde su lado más humano
Cuando Giancarlo había encontrado a Gabriel en el carro, lo más probable es que Angelina haya pensado que le había hecho algo malo.
Una vez Giancarlo mandó a callar de una buena vez a Gabriel, lo que hizo fue llevarlo en silencio hacia un lugar que Gabriel conocía muy bien.
La antigua hacienda de los Mancini, en donde su hermano y padre de Gabriel vivió toda su vida.
En el fondo Gabriel tenía un miedo que lo disimulaba con su frunce de ceño y con las manos apretadas y aún así Giancarlo no se dignaba a decirle una sola palabra.
Giancarlo se bajó del auto, lo siguieron sus escoltas y por último Gabriel, en silencio y mirando a los escoltas de su tío con alerta.
Lo mandó a que se sentara a su lado y en segundos quedaron solos los dos frente a un panorama de la ciudad excelsa y digna de un prestigioso reino como lo era la Fattoria Verde. Giancarlo bebió de su whiskey y Gabriel no se dignó en probar nada más, sólo observa con expresión dura a su tío y luego el paisaje.
—¿Qué m****a quie