Capítulo sesenta y dos (Primera parte)
Corazón de Cristal
*Stella Di Lauro*
Las piernas me flaquean al mismo tiempo que un par de esposas cubren las muñecas del hombre que amo y entonces, reacciono.
—¡No! —me tiro a su pecho, negándome a dejarle ir.
—Ella...
—¡No! ¡No os lo vais a llevar!
—Estaré bien —asegura él un susurro antes de besarme la frente—. Lo prometo.
Volteo a verle y apenas me da tiempo a besarle antes de que se lo lleven como si fuera un criminal.
Mamá tira de mi mano y me envuelve entre sus brazos en tanto sollozo sin parar. Lo suben al auto de la policía frente a mis ojos sin que pueda hacer nada y eso es peor.
—¡Ella! —escucho el gemido de mi madre cuando las piernas se me debilitan, arrojándome al suelo.
Reconozco el aroma de mi hermano mayor, quien me sostiene a tiempo de evitar la caída y me sube a un coche. Soy consciente de que hablan conmigo, pero yo no distingo ninguna voz, ninguna palabra palabra, ninguno de los golpes que me dan buscando hacerme reac