Capítulo sesenta y dos (segunda parte)
*Stella Di Lauro*
Camino por el oscuro pasillo que nos lleva hasta las celdas y el guardia mueve las llaves sin ánimo mientras avanza delante de mí.
Respiro profundo y busco en mi mente las palabras correctas para explicarle a Enrico lo que sucede y que voy a estar aquí, esperando por él el tiempo que sea en las condiciones que me pongan. Esto lo iniciamos juntos y lo solucionaremos así también, unidos hasta las últimas consecuencias.
Pienso avanzando, cada vez más cerca de su posición, que vamos a salir de esto, que juntos nos vamos a cuidar y que somos un equipo.
Solo debo buscar la manera de conseguir sacarlo de aquí.
Yo apenas he permanecido en este lugar cinco segundos y ya quiero salir corriendo. Es espantoso.
—Adelante —ordena el guardia antes de abrirme el paso—. Tiene quince minutos.
—Por favor, vete —su voz me llega sin que la espere y es entonces cuando me doy cuenta de que estoy parada frente a su celda.
—Por favor, no me digas