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—Oh Dios!

Exclama la chica asustada después de escuchar como todo cae al piso y las miradas inquisidoras sobre ella haciéndola sentir el peso de sus actos.

–Perdón señorita, perdón, me tropecé.

Pide el chico mientras, los asistentes miran que sucedió, Francis con su pañuelo trata de secar a Vanessa que muere de vergüenza, todos los ojos están puestos en ella mirándola como un bicho raro, una especie fuera de este mundo.

El líquido que ha mojado su atuendo le juega una mala pasada pegando la tela a su cuerpo, Francis también palidece un poco al ver que los pezones de la chica están erguidos, y se notan, la tela es muy suave y al estar mojada prácticamente dejan a la vista los senos que exhibe sin sostén.

Se quita su saco y lo ofrece, ella lo toma y se cubre ya que los hombres han empezado a mirarla de una forma que le tiñe las mejillas.

El chico recoje los fragmentos de las copas. El mira a todos lados, algunos han dejado de observar pero ve que hay alguien que ríe y goza con la sit
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