Narra Mia
—¿Qué hiciste?—hablo con la voz ronca por la tos sin poder disimular mi vergüenza.
Hace una mueca.
—Cómo te dije es parte tuya me cae muy bien, así que—suspira –como tú y ella son la misma persona, por tal motivo no me pude negar a satisfacer los deseos carnales de la líder de los lobos tuve que dejar que me usar como su juguete sexual.
Parpadeo varias veces comprendiendo lo que acaba de decir, la rabia hace que reaccione.
—Eres un desgraciado, oportunista, ¡me follaste sin yo saber!—inhalo y exhalo con dificultad.
Sonríe con descaro.
—No querida ella y tu son la misma apersona, si me negaba moría por desobedecer una orden directa de la líder –niega mientras ríe—por ese me sacrifique, deje que me hiciera lo que quisiera con este humilde cuerpo.
Con razón sentí le cuerpo relajado, aparte de asesinar mientras duermo también me follo a este idiota.
—Y tu bien a gusto ¿cierto?
—Ni te imaginas, dejar que la líder saciara con mi cuerpo sus deseos carnales—no borr