Cloe ya más tranquila, llevó sus bolsas al auto de lujo, sintió un poco de hambre, así que fue al primer piso, en donde estaban los restaurantes y se dispuso a pedir algún platillo que se le antojara, al mirar con el rabillo del ojo, en una esquina estaban Sofía y Gustavo, besándose apasionadamente, era todo un espectáculo lo que estaban dando.
Le pidió al mesero que le empacara el almuerzo y que llevaría uno más, era una sopa de mariscos exquisita, el mesero rápidamente le dio su orden y ella para evitar encontrarse nuevamente con Sofía salió lo más rápido que pudo del lugar.
-Señor Ward, su esposa ha comprado dos almuerzos en su restaurante preferido, la seguiremos a ver a quien invitará a almorzar.
-Bien Oscar, dijo Sebástian sintiéndose realmente molesto, con solo pensar que Cloe invitaría a alguien a almorzar.
Diez minutos después la espectacular secretaria de Sebástian, por el interlocutor le informaba que la esposa estaba afuera que si le permitía pasar.
-Mi esposa está afuera,